Friday, December 31, 2010

El derecho de soñar

Aún seguiremos soñando con este derecho, año tras año, hasta verlo cumplido finalmente.
Christian

El derecho de soñar


Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.

Pero, aunque no podemos adivinar el mundo que será,
bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, por el derecho de soñar
y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.

Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies:


-En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.

-El aire estará limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
-La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el super-mercado, ni será contemplada por el televisor.
-El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia,
y será tratado como la plancha o el lavarropas.

-La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar.

-En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo.

-Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo,
ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
-Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

-Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.

-Los políticos no creerán que
a los pobres les encanta comer promesas.

-El mundo ya no estará en
guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la
industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás.

-Nadie morirá de hambre, porque nadie
morirá de indigestión.

-Los niños de la calle no serán
tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.

-Los niños ricos no serán tratados
como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.

-La educación no será el privilegio
de quienes puedan pagarla.

-La policía no será la maldición
de quienes no puedan comprarla.

-La justicia y la libertad, hermanas
siamesas condenadas a vivir
separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.

-Una mujer, negra, será
presidente de Brasil y otra mujer, negra, será presidente de los Estados Unidos de América. Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.

-En Argentina, las locas
de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental,
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

-La Santa Madre Iglesia corregirá
algunas erratas de las piedras
de Moisés. El sexto mandamiento ordenará: "Festejarás el cuerpo".
El noveno, que desconfía del deseo, lo declarará sagrado.

-La Iglesia también dictará
un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".

Todos los penitentes serán
celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida
como si fuera
la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero.


Thursday, December 30, 2010

Weihnachtsansprache 2010 von Bundespräsident Christian Wulff im Schloss Bellevue

Algún dia entenderemos la importancia y la belleza de vivir en una sociedad variada y colorida, llena de valores y conocimientos, virtudes y de tolerancia, sin prejuicios y sin complejos, sin discriminación y sin miedo. El camino a la civilización de nuestras conciencias aún está lejos, muy lejos; sin embargo, la esperanza de avanzar en este camino está siempre latente, gracias a aquellos hombre y mujeres, valientes y firmes, que se decidieron a seguirlo y ser parte del mundo y de la historia.

A continuación el discurso del presidente alemán Christian Wulff, por estas navidades (2010).
Me he esmerado con la traducción en castellano (leer más abajo), esperando que cumpla los parámetros correspondientes a la traducción del original.
Christian Montero


Weihnachtsansprache 2010 von Bundespräsident Christian Wulff am 25. Dezember 2010 im Schloss Bellevue:

Fröhliche Weihnachten, liebe Mitbürgerinnen und Mitbürger!

In diesen festlichen Tagen nehmen wir uns Zeit für Menschen, die uns wichtig sind. Wir freuen uns über Besuche, Briefe und Anrufe.


Wir spüren: Wir gehören zusammen. Wir stützen einander. Wir sind einander verbunden.


Zusammenhalt, Verständigung, Miteinanderauskommen: Das brauchen wir in unseren Familien, in unserem privaten Leben und in unserer ganzen Gesellschaft.


Zusammenhalt, Verständigung, Miteinanderauskommen: All das geschieht nicht von allein. Dafür muss man etwas tun. Unsere Gesellschaft lebt von denen, die sehen, wo sie gebraucht werden, die nicht dreimal überlegen, ob sie sich einsetzen und Verantwortung übernehmen.

Einige dieser Menschen habe ich heute Abend ins Schloss Bellevue eingeladen. Sie haben sich in diesem Jahr für andere, mit anderen gemeinsam eingesetzt. Aus unterschiedlichen Gründen und Motiven. Obwohl sie alle verschieden sind, liegt es an ihnen und an vielen anderen, die so handeln wie sie, dass unser Land zusammengehalten wird: von Solidarität und von dem gemeinsamen Füreinandereinstehen.


Der Staat kann im Rahmen seiner Möglichkeiten Menschen in Not finanziell unter-stützen. Aber jemandem Mut zusprechen, jemandem auf die Schulter klopfen, jemandem die Hand reichen: Dafür braucht es Menschen, für die Menschlichkeit wichtig ist. Dafür braucht es Menschen wie sie:


Menschen, die sich in der Nachbarschaft um Kinder kümmern, für die Menschen mit Behinderungen von Anfang an selbstverständlich dazugehören.


Menschen, die Kranke besuchen, einfach so, weil es für sie normal ist, eine Freude und ein persönlicher Gewinn.


Menschen, die sich im Verein engagieren, im Chor oder in einer Bürgerinitiative – und alle anderen wissen: Auf die ist immer Verlass.


Menschen, die sich mit anderen zusammentun, um neue Ideen zu verwirklichen. Die sich für Ämter zur Verfügung stellen, weil sie sich für ihre Stadt, für unser Land, für unsere Demokratie verantwortlich fühlen.


Wer sich so engagiert, bekommt viel zurück. Ehrenamtliche leben übrigens auch länger.


Unsere Gesellschaft ist frei und bunt: Wir leben in verschiedenen Lebenswelten, wir sind unterschiedlich, was unsere Herkunft angeht, unsere Religion, unsere Bildung und unsere Träume vom Glück.


Damit eine Gesellschaft aus so vielfältigen Menschen Bestand hat, brauchen wir vor allen Dingen: Respekt. Respekt vor dem, der anders ist als man selbst. Und Anerkennung auch seiner Leistungen.


Respekt schon vor den Kindern und ihren Bedürfnissen. Anerkennung dessen, was ihre Mütter und Väter leisten. Respekt und Anerkennung vor der Lebensleistung der Älteren.


Jeder muss spüren: Ich gehöre dazu, ich werde gebraucht.


Zusammenhalt, Verständigung und Miteinanderauskommen: Das gilt auch für die Beziehungen zu all unseren Partnern in der Welt. Unser Land wird hoch geachtet. Unsere freiheitliche und tolerante Gesellschaft, unsere Verlässlichkeit gegenüber großen und kleinen Ländern wird geschätzt. Das immer wieder zu erleben, ist eine beglückende Erfahrung meiner Begegnungen mit Gästen hier und bei unseren Reisen ins Ausland.


Wir zeigen Solidarität und sind bereit, auch künftig Verantwortung zu übernehmen – auch in Europa. Wir erwarten von unseren Partnern das Gleiche. Alle müssen ihre Hausaufgaben machen.


Wir haben Vertrauen in die europäische Einigung und in die Kraft Europas.


Viele unserer Landsleute sind als Soldatinnen und Soldaten, Polizistinnen und Polizisten oder als zivile Aufbauhelfer im Ausland, um Entwicklung zu fördern, Frieden in der Welt zu sichern und Terrorismus zu bekämpfen. Wir sind in Gedanken bei ihnen und ihren Partnern, ihren Kindern und Eltern, die sie gerade in diesen Tagen besonders vermissen.


Von Weihnachten geht die Botschaft des Friedens und der Zuversicht aus. Was vor 2000 Jahren auf den Feldern von Bethlehem als Gruß der Engel an die Hirten erklang, das ersehnen wir uns auch heute: Friede auf Erden.


Zu Weihnachten wünsche ich uns allen eine tragende Gemeinschaft – eine Familie und Freunde, die uns Heimat und Zuhause bedeuten. Lassen Sie uns immer wieder neu finden, was uns miteinander verbindet und zusammenhält.


Das fängt im Kleinen an.


Im Weihnachtsbaum hier hängen Sterne, auf die Kinder ihre Wünsche geschrieben haben. Wissen Sie, was die meisten Kinder von Ihren Eltern gern hätten? Mehr Zeit. Das wünschen sich meine Kinder übrigens auch. Nehmen wir uns die Zeit füreinander.


Ihnen allen wünschen meine Frau und ich ein frohes Fest und dann ein gutes, erfülltes Neues Jahr 2011.


Spanisch:
Discurso del Presidente alemán C. Wulff en el palacio Bellevue

¡Feliz Navidad, queridos conciudadanos!

En estos días de fiesta nos tomamos el tiempo para las personas que son importantes para nosotros. Nos alegramos de las visitas, cartas y llamadas telefónicas.

Sentimos que: Nos pertenecemos. Nos apoyamos mútuamente. Estamos interconectados.

La unión, la comunicación, la convivencia: lo que necesitamos en nuestras familias, en nuestras vidas privadas y en toda nuestra sociedad.

La unión, la comunicación, la convivencia, todo esto no sucede por sí mismo. Por lo tanto, tenemos que hacer algo. Nuestra sociedad vive de aquellos que ven donde son necesitados, de ellos que no necesitan pensar tres veces para apoyar y asumir responsabilidad.

Estas son algunas de estas personas que he invitado hoy de noche al Palacio de Bellevue. Ellos se han comprometido este año para los demás, juntos con los demás. Por diversas razones y motivos. Aunque todos son diferentes, depende de ellos y muchos otros que actúan como ellos, que nuestro país se mantenga unido: por la solidaridad y el estar el uno para el otro.

El Estado podrá, dentro de sus posibilidades apoyar financieramente en caso de emergencia a las personas necesitadas. Pero darle valor a alguien, darle a alguien una palmadita en el hombro, extender la mano a alguien: Para ello se necesita de gente, a la cual lo humano le es importante.

Se necesita gente como ellas:

Las personas que se preocupan por los niños en el barrio, incluyendo por supuesto, a las personas con discapacidad desde el principio.

Las personas que visitan a los enfermos, asi simplemente, porque es normal para ellos, porque es una alegria y un logro personal.

Las personas que participan activamente en una asociación, en el coro o en un grupo de voluntarios - y todo el mundo sabe: Ellos son siempre confiables.

Las personas que unen sus fuerzas con otros para poder realizar nuevas ideas. Aquellos que están disponibles a las instituciones, debido a que sienten responsalbes por su ciudad, por nuestro país, por nuestra democracia.

Quién se involucra tanto, recibe mucho a cambio. Los voluntarios viven más por cierto.

Nuestra sociedad es libre y colorida: Vivimos en mundos diferentes, somos diferentes en lo que se refiere a nuestra procedencia, a nuestra religión, a nuestra educación y a nuestros sueños de felicidad.

Para que una sociedad prevalezca con gente diversa, necesitamos en primer lugar: el respeto.

El respeto a la persona que es diferente de uno mismo. Y al reconocimiento de sus logros.

Respeto a los hijos y a sus necesidades. Reconociendo los logros de sus madres y padres. El respeto y el reconocimiento a los logros de los más ancianos.

Cada uno debe sentir: Yo pertenezco aqui, aqui se me necesita.

La unión, el entendimiento y la convivencia: Esto se aplica también a las relaciones con todos nuestros socios en todo el mundo. Nuestro país es muy respetado. Nuestra sociedad es libre y tolerante, nuestra fiabilidad con los países grandes y pequeños es apreciada. Presenciar esto es una experiencia agradable de mis encuentros con personas aquí y en nuestros viajes en el extranjero.

Mostramos solidaridad y estamos dispuestos a continuar asumiendo responsabilidad - incluso en Europa. Esperamos que nuestros socios hagan lo mismo. Todos deben hacer sus tareas.

Tenemos confianza en la integración europea y la fuerza de Europa.

Muchos de nuestros compatriotas son los soldados, policías o trabajadores de construcción en el extranjero con el fin de promover el desarrollo, garantizar la paz en el mundo y combatir el terrorismo. Nuestros pensamientos están con ellos y sus parejas, sus hijos y los padres que los extrañan, sobre todo en estos días especialmente.

A partir de la Navidad viene el mensaje de paz y confianza. Lo que hace 2000 años fué oido en los campos de Belén como un saludo de los ángeles a los pastores, es lo que anhelamos hoy para nosotros: Paz en la tierra.

Para Navidad les deseo a todos una convivencia más amplia - una familia y amigos que nos significan nuestro lugar de origen y el hogar. Deje que nos volvamos a encontrar una y otra vez, en aquello que nos une y nos mantiene unidos.

Se comienza desde pequeños.

Aquí en este árbol navideño cuelgan estrellas, en las cuales los niños han escritos sus deseos.

¿Sabe usted lo que la mayoría de los niños le gustaría de sus padres? Más tiempo.

Es el deseo de mis hijos también. Tomémonos el tiempo el uno al otro.

A todos ustedes les deseamos mi esposa y yo unas felices fiestas y un buen y exitoso año nuevo 2011.