Sunday, June 1, 2008

Estadísticas de pobreza...

Hasta hace poco han salido estadísticas en cuanto a la reducción de la pobreza en el Perú. Sin embargo, aquellos realmente que no solo conocen, sino recorren las realidades del Perú a lo largo de sus mil y tantos kilómetros cuadrados, pueden realmente ver que la realidad es otra. Aún hay zonas muy marginadas, zonas en abandono completo.

Es muy positivo que el Perú viva en estos momentos un momento crucial en su economía, el gobierno hace lo posible por mantener los diversos parámetros económicos que han llevado nuestra macroeconomía a niveles muy altos, a los que nadie esperaba, con solo mencionar por ejemplo el crecimiento del producto bruto interno.

Sin embargo, es necesario y con carácter de urgencia atender las necesidades de estos ciudadanos en abandono. Para ello se necesitan projectos de grande envergadura (Pistas, Pozos de Agua, Alcantarillado, Parques, escuelas, pequeños estadios, entre otros) para ocupar estas personas dentro y alrededor de sus comunidades.

Creo que si disponemos actualmente de recursos financieros.

A continuación un artículo de La República, que merece mucha atención.



Cuando los pobres hablan

El informe del INEI sobre la reducción de la pobreza en cinco puntos polarizó el debate político esta semana. La República buscó testimonios en el interior del país. Las familias señalan que siguen siendo pobres, y quizá más pobres aún.

La República. Corresponsales (*)

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En el cusco. El pequeño Jairo es compañía para su mamá Yudy. Rostro de nuestra peruanidad, de nuestra pobreza.

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En trujillo. Con la extracción de jugo de caña, Agustín Capuñay trata de mantener a su familia. No es una tarea fácil.

¡Aquí estamos! "Señor, ¿no me encuentra?, busque un poco, mueva la mano", dice Clemencio Nina. Cree que el INEI no lo tomó en cuenta en su encuesta. Vive en una casa de cartón en un promontorio de basura. Allí duerme. Su esposa e hijos viven en una casita de sillar, en el pueblo joven Ciudad de Dios, en Arequipa, donde lo esperan los fines de semana.

Nina tiene las manos negras, tiznadas, ansiosas, temblorosas. Era un feliz trabajador minero. No ganaba mucho pero le alcanzaba para vivir. Hasta que se hizo viejo y nadie más lo quiso contratar. Pero a falta de empleo se vino a hurgar en los desperdicios. Le compran el kilo de huesos a 15 céntimos. Dicen que para hacer concentrados y sacar calcio. El kilo de fierros a 50 céntimos y el de latas a 40.

Parece que los encuestadores del INEI tampoco pusieron los pies en el distrito Pampa La Estrella (Uchumuyo), que se ha convertido en un botadero de basura. Nadie los ha visto morirse de hambre. Nadie les ha preguntado si están mejor o peor. Clemencio Nina Mamani es uno de ellos: vive en ese muladar reciclando desperdicios y puede ganar hasta 12 soles diarios.

LUCHA POR SOBREVIVIR

En una quebrada del distrito de Santiago, a pocos minutos de la Ciudad Imperial, encontramos a Yudy Mallmay Huillca (22), para quien cada día se ha convertido en una lucha diaria por sobrevivir. Ella vende emolientes para sacar adelante su hogar. Es madre soltera. Por lo general gana entre 4 y 5 soles por día. Ella y su familia viven en un cuartito y no cuentan con los servicios básicos como agua y luz.

En el sector de Alto Wimpillay vive Lucía Quispe Pérez (33), tiene cinco hijos. Su pequeña casa se levanta en la punta del cerro. No tiene agua potable pero sí energía eléctrica. En las tardes vende ropa en las calles para ayudar en la mantención del hogar porque los 100 soles que consigue semanalmente su esposo como carpintero no les alcanza.

Otro es el caso de Maribel López Surco (31), quien se ingenia para ganar dinero como cobradora de combi. Gana diez soles por trabajar desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche. De esa manera se gana la vida para "parar la olla" en su casa porque su esposo, obrero de construcción civil, sólo tiene trabajo eventualmente.

TODO ES IGUAL

"Aquí nosotros seguimos igual. No tenemos trabajo. Con las justas sobrevivimos vendiendo cualquier cosa", dice Roberta Vilca Álvarez, comerciante de las ferias de los sábados de Puno, restando validez a las cifras del INEI que dicen que la pobreza se ha reducido en esta región.

Irma Ccalla Bendita, comerciante ambulante también habló con desazón: "Es una pena que se esté utilizando a los pobres para que el presidente García levante su imagen. Las cosas no han cambiado. Seguimos trabajando día a día para subsistir. No creo que haya bajado la pobreza, porque las cosas siguen como siempre, y cada vez los productos de primera necesidad suben más".

EL SÓLIDO NORTE

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En Arequipa. Clemencio Nina, el INEI no lo toma en cuenta en sus encuestas.

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Pobreza nuestra. María Ángeles Pérez de Trujillo se alimenta de wawasis, Antonia Bances de Mórrope, dura labor en el campo, y familiar Huansi Napo en plena labor de cocina.

"¿Que hoy hay menos pobreza? ¿Quién ha dicho eso? Esa es una gran mentira. Por el contrario, hay más pobreza. Ya no hay plata ni para comer", exclama doña Aurora Huansi Napo (48) mientras sirve el almuerzo a sus hijas Sara, Vanesa e Isabel, así como a sus nietos.

Huancasi y su familia provienen de la ciudad selvática de Yurimaguas. Hace más de un año invadieron un terreno en el sector Mirador, en la parte más alta del distrito El Porvenir, y allí levantaron su casa a base de esteras y plásticos. No tienen agua, menos luz. Cocinan en briquetas.

Las hijas, Sara e Isabel, se dedican a la confección de zapatos en El Porvenir. Cada una de ellas gana 50 soles a la semana.

En el sector Barrio II del centro poblado de Alto Trujillo, también en El Porvenir, encontramos a doña María Ángela Pérez Rodríguez (47), quien vive en el cerro Bolongo. Ella cocina en los wawa wasis, desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde, y por ello le pagan 125 soles mensuales. "Tengo que hacer maravillas para hacer alcanzar la plata, pues tengo que mantener a cuatro hijas", señala.

CAMPO Y POBREZA

En Mórrope, distrito lambayecano, María Lucinda Santisteban nos contó que por ahora viven uno de sus mejores momentos: su esposo trabaja en campo y gana hasta 10 soles diarios. Para ella no hay novelas, porque simplemente no tiene televisor. En cambio, Antonia Bances Llauce trabaja junto con su esposo en tareas del campo. Entre los dos el ingreso es de S/.300 mensuales. Estas historias son una muestra de lo que ocurre en el país.


(*) Christian Ticona (Arequipa), Lilian Luna (Cusco), Liubomir Fernández (Puno), Wilson Castro (Trujillo), Hugo Barrios (Lambayeque), Rosa Cárdenas (Iquitos).

CIFRAS INEI

2.4% de reducción de pobreza hubo en Arequipa. Cifra bajó de 26.2 a 23.8.

7.5% de aumento de pobreza hubo en Cusco. Cifra se incrementó de 49.9 a 57.4.

9.1% de reducción de pobreza hubo en Puno. Cifra bajó de 76.3 a 67.2.

9.2% de reducción de pobreza hubo en La Libertad. Cifra bajó de 46.5 a 37.3.

0.5% de reducción de pobreza en Lambayeque. Bajó de 41.1 a 40.6


De la selva su pobreza

Las cifras del INEI dicen que en Loreto la pobreza ha disminuido de 66.3 a 54.6, pero los pobladores de la zona baja de Belén, el sector más pobre de Iquitos, aseguran que continúan pasando las mismas miserias de siempre. Por ejemplo, Sonia Noily Marín Ahuanari (28) dijo que en su casa viven cuatro personas y que cada vez la vida se les hace más difícil porque los productos de primera necesidad han subido de precio. Señaló que el azúcar se incrementó de S/.1.50 a S/.2.

Marín Ahuanari y su familia viven en una vivienda flotante en el río Itaya. No tienen agua ni mucho menos desagüe. Los desechos van a parar al río.

Elda Baeno (44) tiene cinco hijos y es madre soltera. "Con mis ventas diarias (de verduras regionales), que oscilan entre 13 y 15 soles, no me alcanza para nada", señaló. "De repente la pobreza bajó, pero no sé quién se benefició", indicó al comentar las cifras del INEI.



Fuente
http://www.larepublica.com.pe/content/view/224108/483/