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Monday, February 1, 2016

La mayoría

La mayoría no sólo representa siempre la ignorancia, sino también la cobardía. Y del mismo modo que de 100 cabezas huecas no se hace un sabio, de 100 cobardes no surge nunca una heroica decisión.



A.H.

Wednesday, January 5, 2011

"... Y seréis pobres, por los siglos de los siglos"

Este es un artículo que leí tiempo atrás y resume claramente nuestro origen y realidad y nos señala un sendero de luz para saltar al futuro. Recomiendo leerlo.


La Maldición de Torquemada

"... Y seréis pobres, por los siglos de los siglos"
(Por: Jesús Seguías)

" (Dios) Estamos profundamente dolidos por el comportamiento de los que en el curso de la historia han hecho sufrir a esos hijos tuyos y, pidiendo tu perdón, queremos comprometernos con una genuina fraternidad... Pedimos perdón por las divisiones entre los cristianos, por el uso de la violencia que algunos cometieron al servicio de la verdad, y por las actitudes de desconfianza y hostilidad asumida hacia los seguidores de otras religiones".
Juan Pablo II, Ciudad de El Vaticano, 12 marzo de 2000


Así se hicieron pobres y autoritarios los hispanoamericanos


POR QUÉ SON AUTORITARIOS
A propósito del Estado de Derecho Democrático


Nos sentimos obligados a comenzar por una hipótesis: el autoritarismo es un fenómeno social cuyas raíces son culturales, más que políticas. Es imposible presagiar el éxito de un estado de derecho de cualquiera comunidad (familiar, laboral, urbana, gubernamental, nacional) si no se cuenta con una población capaz de asimilar a la democracia y sus leyes no como un simple fenómeno político o administrativo sino como parte esencial de su vida, como una cultura, como una manera civilizada de vivir y convivir. La democracia involucra, además de la libertad personal para pensar, para trabajar, para relacionarse, para amar, también el deber de respetar la libertad de nuestros semejantes. La democracia es -en esencia- un sistema de relaciones entre las personas basado en principios morales, donde el respeto a los derechos fundamentales del hombre y el reconocimiento de la diversidad humana son unos de sus valores más dinámicos e intervinientes. De allí parten las reglas de juego indispensables para que la sociedad funcione normal y armónicamente.


Desde el Código de Hammurabi (1752 Antes de Cristo), hasta el Derecho Romano y las Constituciones modernas, pasando por los Diez Mandamientos de Moisés, El Talmud, La Biblia, El Corán, todos han sido "códigos de comportamiento moral" desarrollados por líderes históricos para que los humanos puedan convivir armónicamente en sociedad.
Tanto las leyes religiosas como las estrictamente civiles han surgido para maniatar el comportamiento irracional del hombre y conminarlo (por convicción primero, y por coacción en caso de fracasar el primero) a respetar el derecho de los demás seres humanos a ser felices y compartir el espacio planetario en igualdad de condiciones. Y todas reflejan principios y valores relacionados a la justicia, a la honradez, al amor, así como al reconocimiento, tácito o explícito, de que los hombres somos diferentes, y que la diversidad es parte de la naturaleza humana. Por eso, la experiencia reflejada en la historia de la humanidad nos sugiere que a mayor respeto a esa diversidad, mayor armonía social y oportunidades económicas obtendremos. A mayor armonía en medio de la diversidad, habrá mayor confianza. Y a mayor confianza, serán mayores los niveles de desarrollo total del hombre.

Todos los Códigos de Comportamiento Moral conocidos hasta ahora apuntan, en primer lugar, a que los hombres, como individuos, se autocontrolen, autoregulen su propio comportamiento basados en principios y valores morales, para que, en segundo lugar, se generen relaciones armónicas en (y entre) las diferentes comunidades, partiendo desde el núcleo social básico que son la pareja y la familia hasta las comunidades nacionales, pasando por la comunidad laboral, la comunidad urbana o rural, la comunidad deportiva, etc.


Las religiones y las comunidades políticas han desarrollado diferentes niveles culturales en la comunidad mundial durante su historia, haciendo gala del reconocimiento a la diversidad humana.


Por eso, la constitución nacional de cualquier país, o la constitución de cualquiera organización (laboral, familiar, educativa), también denominadas La Misión, no son otra cosa que la expresión jurídica o formal de una cultura, de unos valores que una sociedad determinada ha decidido asumir históricamente. Cuando esa Misión es compartida por todos, el resultado es el autocontrol y la armonía social. Cuando no es compartida, entonces se requieren de niveles de control externo que obliguen a su cumplimiento. Las sociedades donde no se ha desarrollado plenamente la individualidad del hombre, a partir de personas poderosas y autocontroladas, sino que éste ha sido condenado a formar parte de una masa humana amorfa, enajenada, manipulada, impotente, sometida a los designios del poder supremo del estado religioso o del estado secular (da igual) o de otras personas en particular, y donde la diversidad humana sabe a comino, entonces ese hombre no es propenso al pensamiento y comportamiento democrático. Y cualquiera manifestación que haga en nombre de la democracia y la libertad es insincera, falsa, y sus convicciones son muy frágiles.


Y es esa la razón por la cual en América Latina no hemos gozado jamás de un verdadero y estable sistema de libertades sino de una democracia plástica, caricaturesca, que a veces dura algunas décadas guardando las formalidades, pero al poco tiempo surgen de nuevo las tentaciones del buen gendarme que debe venir a poner orden en la rochela, y a corregir los errores de la "democracia". Hasta que nuevamente vuelven a plantearse las tesis "democráticas", ya una vez fracasado en su gestión el dictador de turno. Siempre ha sido así en América Latina. Mucho se ha hablado de las dictaduras que han imperado en América Latina. Hablo de los golpes cíclicos comandados generalmente por quienes tienen la bayoneta en la mano, y que ocasionalmente cuentan con el aval del pueblo para quien la libertad individual no es imperiosamente su necesidad primaria sino que es secundaria. Nos gusta la democracia porque nos garantiza una mayor rotación de los actores del poder y tenemos más oportunidad de ascender a esos círculos donde, una vez en él, desatamos toda nuestra cultura autoritaria, ventajista, aprovechadora, e irrespetuosa del estado de derecho. Pero cuando ese poder "democrático" se hace inalcanzable y la estructura de poder comienza a petrificarse, entonces surge la necesidad de reemplazarlo a través de un proceso generalmente traumático e igualmente autoritario. Hablo de democracias y dictaduras cíclicas que se hunden en una discusión eterna en busca de la identidad política perdida. Mientras tanto, la pobreza crónica continúa haciendo estragos en la población.


El cuento que no conviene contar

La democracia en el mundo islámico es un ejemplo que viene de la mano para definir la crisis de democracia en Venezuela y el resto de América Latina. Allí, quizás, comienza toda nuestra tragedia. No es una simple casualidad que en la inmensa geografía musulmana no se concibe a la democracia al estilo occidental. Y esto no sólo se debe a que la represión de los gobernantes sea totalitaria sino porque el pueblo sencillamente no se plantea la democracia ni la libertad individual como una necesidad primaria, como un derecho adquirido por su naturaleza humana. El hombre islámico presupone que él no vino al mundo a atesorar una individualidad definida, donde él es un ser humano diferente a los demás y donde él es dueño absoluto de su destino, sino a formar parte del ejército de fieles de Alá, y donde el poder terrenal y el poder divino se integran en una misma trinchera. La vida en La Tierra es un mundo temporal para los fieles. Su verdadera felicidad eterna la encontrará en el cielo. Su estada "temporal" en la tierra tiene dos misiones: asumir un comportamiento ético y moral muy rígido para ganar el derecho de acceder al paraíso celestial, y, como segunda misión, luchar contra las infieles. Es el Yihad o guerra santa. Y, en muchos casos, es el fundamentalismo religioso llevado a su máxima expresión.

Pues bien, esa guerra santa islámica fue la madre de las Cruzadas, la guerra santa de la Cristiandad (que no del cristianismo). Dicho de otra manera, el islamismo que permaneció en Europa durante 800 años transmutó al cristianismo, y su influencia marcó para siempre al catolicismo. Luego vino el choque interno de la iglesia cristiana. y se produjo la gran escisión de la Edad Media entre católicos y protestantes. Los protestantes irrumpen contra la postura del papado ante la generación de riqueza individual, y luego desarrollan su propios valores, impulsan la Sociedad de la Confianza, y se hacen ricos, mientras que la Cristiandad (movimiento político-religioso del catolicismo europeo de la Edad Media, que lideró La Inquisición, y que aportó el componente ideológico y cultural del proceso de conquista y colonización de América hispana) despliega una brutal guerra santa contra los infieles, persecución que traslada a América en su proceso de conquista y la hunde, junto a España, Italia y Portugal, y en parte a Francia, en la más profunda oscuridad durante varios siglos. Ante semejante atrocidad, el papa Juan Pablo II acaba de solicitar perdón a Dios y a La Humanidad por aquellos actos de La Inquisición. Hoy, por cierto, el mapa de la riqueza y de la pobreza en el mundo es casi el mismo desde la Edad Media.



La sociedad de la confianza


La democracia en cualquier lugar del planeta está acoplada sobre las bases de una armónica convivencia humana que permita a su vez crear riquezas individuales. Y la unión de todas esas riquezas individuales conformarán la riqueza colectiva que ha permitido a muchas sociedades llegar a satisfactorios niveles de desarrollo. Es la sociedad de la confianza de la que nos habla Alain Peyrefitte: "La sociedad de la confianza - nos dice - es una sociedad en expansión, ganador-ganador (si yo gano, tu ganas) ; es una sociedad de solidaridad, de proyecto común, de apertura, de intercambio y comunicación". Como comprenderemos, esta sociedad de la confianza no se estructura a partir de una leyes civiles o religiosas sino de unos principios y valores que se forjaron, en gran medida, al calor de la disidencia protestante contra la cristiandad inquisitorial que tanto daño hizo a la América hispana y al sur de Europa.

Francis Fukuyama, en su obra The Trust ("La Confianza"), también sostiene que "...la correlación entre el capitalismo y el protestantismo es lo suficientemente fuerte como para que algunas personas se atrevan a afirmar que no existió ninguna relación. Además, queda claro que en su doctrina el catolicismo mantuvo, hasta los primeros decenios del siglo XX, una mayor hostilidad hacia el capitalismo moderno que las principales Iglesias protestantes."


Y seréis pobres por los siglos de los siglos...

Todo lo contrario ha ocurrido en América Latina. Aquí se ha estructurado la sociedad de la suspicacia, que - en definición de Peyrefitte - es "una sociedad transida de frío, ganador-perdedor: una sociedad en que la vida común es un juego de suma cero, incluso de suma negativa (si tu ganas, yo pierdo); es una sociedad proclive a la lucha de clases, al malvivir nacional e internacional, a la envidia social, al encierro, a la agresividad de la vigilancia recíproca". Sin duda, la brutal represión cultural desatada por la Cristiandad Inquisitorial fue conformando en los latinoamericanos y los europeos del sur los valores propensos a la sumisión, a la enajenación del hombre, pero también cultivó los valores de la suspicacia, de la desconfianza en las normas y leyes tanto religiosas como civiles. Se engendró una cultura dual y contradictoria, donde conviven agónicamente la democracia y el autoritarismo, la religiosidad y la herejía.

Se es católico por herencia cultural pero no por convicción. Se va a la iglesia por temor más que por amor a Dios. Se aceptan los postulados de la iglesia pero no se acatan "como Dios manda". La rebeldía de los americanos conquistados por los soldados de la Cristiandad engendró híbridos mágico-religiosos, que danzan entre los ritos católicos y los ritos de la brujería afroamericana.

Hasta el "español", como idioma, fue impregnado de rebeldes modismos y, en algunos casos, de trochas que acortan palabras, las deforman, y hasta se inventan nuevas. Aunque la verdad es que ésta ha sido la constante idiomática en todos los pueblos colonizados del mundo por españoles, ingleses, portugueses, franceses, etc. En los estados Unidos se repite el mismo fenómeno con el idioma inglés.
Una vez más la historia nos enseña que la represión totalitaria, como las ejecutadas por la Inquisición, el comunismo, el fascismo, y el fundamentalismo religioso moderno, generalmente produce un rechazo de proyección histórica en los sometidos. Por eso es que los venezolanos, y los latinoamericanos en general, vivimos en la sociedad del recelo y la malicia eternos, por eso hablamos un español irregular y rezamos las oraciones católicas con un tabaco en la boca.

Asimismo, somos reacios al estado de derecho, pero a la vez somos dóciles ante el poder, y es difícil concebir que es el pueblo quien manda y que los políticos son quienes deben obedecer a través de unas reglas de juego sagradas llamadas Estado de Derecho. En nuestro caso, el fenómeno es a la inversa: los políticos mandan, "mi decisión es una orden" ante la cual el pueblo debe obedecer, y las reglas de juego (léase las leyes, decretos, y ordenanzas) las impone el gobernante de turno a la medida de sus intereses particulares.
En fin, nuestra individualidad ha sido absolutamente mediatizada y enajenada por el poder superior. Antes este poder superior estaba representado por la iglesia inquisitorial, represiva y alienante, hoy relevada por el estado civil y sus instituciones: los partidos políticos, los sindicatos, las fuerzas armadas, los parlamentos, etc.).


Desde un presidente hasta el chofer del microbús

De manera, que ante un individuo con una autoestima crónicamente deprimida, con un ininterrumpido y centenario proceso de enajenación, es muy difícil que prosperen la idea de la libertad y la conformación de un estado de derecho que se corresponda con unos valores democráticos que, como ya dijimos, son muy débiles en nuestra población. La libertad la utilizamos generalmente para sobreponernos a la libertad de los demás. Y finalmente opera una lógica perversa, donde todos nos damos por entendidos: cuando carecemos de poder, ciertamente adoptamos una postura sumisa, pero cuando somos poder, entonces somos autoritarios con los demás. Así opera una amplia gama de personas, desde el jefe del gobierno, pasando por el chofer del autobús, o de la gandola, y terminando en el marido machista que le pega a la mujer. El poder del primero es la fuerza armada y el erario público, el de los choferes es el vehículo más grande, y el del hombre es su fortaleza física. Todos son autoritarios en su comportamiento cotidiano y en el desempeño del mando.

En el fondo, opera el mismo fenómeno para los tres: el manejo despótico del poder. Y esa es la filosofía y los valores del poder que impera en América Latina.
Si convenimos en que el derecho individual se fundamenta en el reconocimiento y respeto de los derechos de los demás, entonces, cuando estamos ante un hombre enajenado en su estructura cultural, con una individualidad mediatizada, sin principios y valores sólidos ¿qué relevancia puede tener para él el derecho individual y ajeno? Peor aún, ¿qué importancia tienen los derechos del hombre en una sociedad cualquiera, si en fin de cuentas es el estado quien decide por el ciudadano?

Estados Unidos ha tenido una sola Constitución desde su independencia, hace más de dos siglos, con las correspondientes enmiendas que exigía la modernización. La fortaleza de ésta, y su prolongación en el tiempo, radica en sus valores, en sus principios, en el honor, en la confianza mutua de sus ciudadanos, en una sociedad de hombres libres que no toleran el tutelaje de nadie, donde los gobernantes son empleados públicos, pagados con los impuestos de los ciudadanos, y cuya misión fundamental es lograr que esa sociedad de hombres libres funcione armónicamente para que todos puedan producir riquezas. Y la sumatoria de todas esas riquezas individuales conforma la gran riqueza nacional.

Hoy son la primera potencia del mundo.
Inglaterra, uno de los pueblos más democráticos del mundo, es la representación extrema de la sociedad de la confianza: allí no hay constitución nacional. La sociedad funciona sobre la base de sus valores y tradiciones, que son manejados con un gran sentido pragmático. La jurisprudencia y las libertades inglesas se han ido formando a partir de documentos como el de la Carta Magna que data de 1225 (hace casi ocho siglos). También cuentan con la Declaración de Derechos (1689). Y en una sociedad donde los valores democráticos son intrínsecos a la personalidad de los ciudadanos, entonces las leyes, las constituyentes y las constituciones son simplemente la formalidad jurídica que da forma, a posteriori, a la convicción colectiva preestablecida de querer vivir en democracia. Es por eso que, mientras algunas naciones poseen un sólido y único estado de derecho, con varios siglos de permanencia, Venezuela va por la constitución número veintiseis en menos de doscientos años ¿En qué se diferencian los casos?

Sencillamente en que lo importante de una constitución, o de un estado de derecho no son el cuerpo de leyes sino la filosofía y los valores sociales compartidos implícitos en el texto constitucional. De manera que de nada sirve una hermosa y voluminosa constitución democrática y revolucionaria si quienes están llamados a cumplirla no creen ni viven cotidianamente en democracia. Ignorar esta pieza fundamental (la de los principios y valores de una sociedad) en todo proceso constituyente conduce a la repetición del cuento sin fin: se inventa una nueva Carta Magna, la violan, y luego se vuelve a inventar otra hasta la próxima violación.

Y así se ha ido la vida de Venezuela durante casi dos siglos: inventando Constituciones "democráticas" hechas a la medida de cada gobernante de turno. Pero sigue siendo pobre y autoritaria.
Las constituciones latinoamericanas se han inundado de letras y retórica sin alma. Y no puede ser de otra manera, porque América Latina siempre ha vivido en una contrariedad, en una paradójica vida política y ciudadana: redactan constituciones democráticas al estilo francés y norteamericano, pero las cumplen al estilo ugandés refinado. La viveza criolla, el comportamiento "caribe", la malicia autoritaria terminan imponiéndose. En fin, una letra sin alma es letra muerta.


POR QUÉ SON POBRES
El reparto equitativo de la pobreza


Vamos ahora a lo de la pobreza. Por siglos, los latinoamericanos han estado sentenciados a sujetar su realización personal al veredicto del poder supremo, que -repetimos- antes era el de la cristiandad, y luego fue reemplazado por el estado civil, pero con los mismos valores contradictorios de la sumisión-autoritarismo. Ha sido el signo mortal que ha marcado a los latinoamericanos y los ha condenado a la pobreza crónica. "Somos pobres porque así lo quiere Dios", dicen frecuentemente los resignados desposeídos. "Soy pobre pero honrado", dicen con orgullo católico. Es más, se nos dice con frecuencia que Dios acepta gozoso en su lecho celestial a los pobres y desprecia a los ricos. "Primero entra un camello por el hueco de una aguja que un rico al reino de los cielos", sentencia la Biblia. Por cierto, esta fue la interpretación bíblica que no compartió Calvino y que impulsó la rebelión protestante. De manera que ser pobre y mendigo, según nos enseñó la Cristiandad (y también el islamismo), es una bendición y casi un designio del Señor. La riqueza individual es pecaminosa.

La verdadera riqueza no tiene un solo dueño sino que es colectiva. Pertenece a todos. Y cuando no es repartida equitativamente, entonces surgen los pobres. Es por eso que cuando existen muchos pobres se hace necesario enarbolar las banderas del Reparto Equitativo de la Riqueza, el concepto político más acabado de todos los populistas y propiciadores del proteccionismo en el mundo entero. Y son, por supuesto, el poder político religioso (primero) y el poder político laico (después) los encargados de distribuir equitativamente la riqueza. La riqueza es, para ellos, un valor colectivista (que no colectivo) y enajenado. Y si algún ser humano posee excedentes, es por que se lo usurpó a sus semejantes. De manera que la riqueza y la pobreza son hechos irrelevantes de la "vida temporal" del hombre en La Tierra, dando por sentado con lo trascendente es la "vida eterna" al lado del señor.

Contra esta sentencia de la Cristiandad, muchos sacerdotes católicos han asumido una postura crítica, justo es decirlo. Pues bien, estos han sido los valores fundamentales que han regido a la economía fracasada de América Latina durante siglos.
El proteccionismo (fórmula opuesta al trabajo creativo, intensivo, y a la productividad), y enlazada históricamente con la Cristiandad, ha echado raíces muy profundas en esta región.


El petróleo de hoy, el oro y la plata del ayer


Es impresionante la conexión histórica Latinoamérica-Sevilla. "El Siglo de Oro en España es el siglo del oro, o más bien de la plata del Potosí -señala Alain Peyrefitte; pero es también el siglo de una copiosa emisión monetaria, de una ostentación deslumbrante de riquezas ante las plazas financieras italianas y las ciudades del norte de Europa. A España le basta con esa demostración orgullosa, mientras al mismo tiempo frena el espíritu de empresa y la iniciativa, cuando no los veja."


La política (los asuntos del estado) y la vanidad ocupaban el tiempo de los españoles. La economía era un ámbito secundario. Total, el metal precioso sobra y quema las manos españolas. Procedente de las minas americanas, estos metales transitan por España pero iban directo hacia los cofres de los banqueros extranjeros para cancelar la deuda que financiaba la empresa militar española.
Las diferencias sociales se agudizan en la península. Los moriscos y marranos, es decir, el sector productivo, son perseguidos. En 1559 se prohibe a la juventud española estudiar en universidades extranjeras para impedir que ésta se corrompa con los hábitos del trabajo y las destrezas del comercio. El hidalgo, el caballero errante, enemigo del trabajo y de los molinos de viento es el paradigma del español, y se antepone al artesano y a los labradores. El trabajo era condenado por la Iglesia y el estado (que eran la misma cosa). Algunos moralistas, como Pablo de León, procuran rehabilitar el trabajo y la tierra. Pero saben que pugnan contra un prejuicio generalizado: "los labradores y los pastores, que suministran el pan y el vino y producen ovejas y otras cosas necesarias para la vida, son considerados por todos como hombres viles y despreciables", decía con desencanto.

Cuando Velázquez (el pintor) -relata Peyrefitte-, en la cumbre de su gloria, fue postulado al hábito de la orden de Santiago, la más prestigiosa de la caballería militar, su amigo Zurbarán hace el elogio de su familia en los siguientes términos: "Los Velázquez jamás han practicado un oficio mecánico y vil... Nunca pudo decirse que hayan tenido tienda, como tantos otros pintores". En efecto, el consejo de las órdenes militares proscribía toda ocupación "baja" o manual: joyero, pintor si la pintura era necesaria para procurar el sustento, bordador, tallador de piedra, albañil, hospedero... Ciento cuarenta y ocho testigos desfilarán para atestiguar que Velázquez jamás recibió dinero por un cuadro.
Finalmente, hasta los mismos artesanos terminan cediendo ante los paradigmas dominantes, tal como lo confirma Barthélemy Joly en su viaje a España (1603-1604): "Se sientan desdeñosamente cerca de sus tiendas a partir de dos o tres horas después de comer para pasearse con la espada al costado; si consiguen amasar doscientos o trescientos reales, se sienten nobles; después no necesitan hacer nada hasta que, una vez gastados, vuelven a trabajar y ganar para vestirse y enriquecer su apariencia externa.

Tal acicalamiento lo denominan sustentar la honra" (la pinta o la fachada, decimos en Iberoamérica).
La verdad es que la Inquisición penetró los espíritus de los españoles, los portugueses y los italianos. Llegó un momento en que ya la represión era innecesaria, "pues la inhibición cultural está profundamente implantada y es transmisible... Lo que se hunde en la obsolescencia en el siglo XVII no es la Inquisición sino la vitalidad española... La exclusión y la persecución son una opción social de España entera", sentencia Peyrefitte.

Alain Peyrefitte nos informa de tres acontecimientos muy patéticos de la América Latina contemporánea:


a. Los días festivos.
"El prestigio de un santo, su vinculación con tal o cual ciudad o provincia, su pertenencia a alguna orden religiosa influyente, eran ocasión de obtener del poder civil hacer festivo el día de su fiesta. No está claro si el pueblo cristiano lograba una mayor edificación, pero es seguro que el trabajo sufría. El número de días festivos se había multiplicado tanto que empezaron a oírse quejas. Estas se dirigieron a Roma, pues se necesitaba nada menos que la autoridad papal para despojar a los santos de sus derechos...En las postrimerías del siglo XVIII, el total de fiestas religiosas por año llegaba al menos a 170."


b.La ayuda alimentaria.
"Se puede incluso afirmar que la Iglesia española mantiene la pobreza, en la doble acepción del término. Ama tanto a los pobres que los multiplica. Los socorre con ahínco, porque ejercen una función social y religiosa, al proporcionar al rico la ocasión de aplicarse a las buenas obras. Los asiste con tal eficacia que la pobreza se transforma en un estado bastante tolerable. Lo que denominamos ayuda alimentaria adquiere proporciones prodigiosas: 14 mil panes diarios distribuidos en Sevilla durante 1679; 3 mil libras de pan en Córdoba, que alimentan a veces hasta 7 mil personas. Se entiende la reacción de un visitante inglés, incluso admirador de la caridad eclesiástica: ¿Que estímulo a la industria podemos encontrar en este lugar? ¿Quién va a cavar un pozo cuando le traen agua de la fuente? ¿Tiene hambre? Los monasterios lo alimentarán. ¿Está enfermo? Un hospital está listo para recibirlo. ¿Tiene hijos? No necesita trabajar para educarlos: todos están bien provistos, sin que sea necesario preocuparse. ¿Es demasiado perezoso para procurar su sustento? Basta que se retire a un hospicio."

c. Los vagos conquistan América.
"Los efectos de la sociedad de asistencia española son perversos. Hacen girar el círculo vicioso del no desarrollo... Sucede que el sistema español llega a un límite, como ocurrió en Extremadura. La pobreza era allí tan espantosa que ni siquiera la asistencia pudo aliviarla. Un 45% de pobres en Trujillo en 1557; un 42% en 1957 en Cáceres. Con ese nivel de miseria, la población comienza a emigrar. ¡Y qué emigrantes! Los Cortés, Pizarro, Paredes, Orellana, Núñez de Balboa, Pedro de Valdivia... eran todos originarios de Extremadura. No llevan consigo saber alguno, ni talentos económicos ni simplemente hábitos de trabajo. Sólo ansias de desquite; y para tomárselo no conocen otro sistema que el saqueo. En la conquista de los espacios americanos se evidencia la expresión de una gran vitalidad, pero en gran parte de signo negativo. Su carácter reactivo explica que la explotación del imperio español se asemeje más a la captura que a la empresa, a la fuerza que al esfuerzo, al pillaje que al desarrollo. A su vez, la emigración de estos hambrientos héroes extremeños hacia las Américas será el origen del relativo estancamiento político, económico, cultural y social del subcontinente americano."

Estos valores traídos por las huestes españolas fueron complementados posteriormente con los valores de la población esclava africana que vino a América, muy marcados por los ritos mágico-religiosos, la brujería, y la danza como expresiones vitales del hombre.

Todos estos valores (tanto españoles como africanos) han sido el caldo de cultivo, la principal fuente de suministro cultural de los políticos y caudillos tropicales. Así, líderes y pueblos se entienden perfectamente, en sinergia constante. Unos saben qué pedir y otros saber qué dar. Mientras más prometan protección, más líderes serán. Mientras más ofrezca libertad y desarrollo pleno de la individualidad (llamado despectivamente "capitalismo salvaje") más rechazo generará.
El proteccionismo oficial, que garantiza el "reparto equitativo de la riqueza" (de una riqueza que nunca ha existido), es la base de una economía propensa a producir más pobres que ricos. Y al no haber riquezas que repartir, terminamos repartiendo pobreza y más pobreza por doquier. Inclusive, el "trabajo" ha sido reseñado en el cancionero popular como "un castigo de Dios", o una actividad a la cual estamos "obligados" para poder comer y proseguir en el jolgorio y la danza eternos. En muchos hogares faltará la leche pero jamás el equipo de sonido musical o el licor. La propensión al juego del azar, o la "ludomanía", es otro de los valores latinoamericanos que se acentúa cuando la crisis económica arrecia. Generalmente, la salida que encuentran a sus problemas económicos está supeditada a un golpe de suerte, o a un milagro de Dios, o a la mano protectora del político de turno. Pero casi nunca apelan al trabajo creativo, intensivo, y exitoso. Ese ha sido el estigma cultural en el que ha vivido Latinoamérica durante siglos. Es el origen del paternalismo estatal, y la principal fuente de alimentación del clientelismo electoral como fenómeno socio-político. Sin duda, las huellas del inquisidor Torquemada continúan frescas 500 años después.

La misma cultura de la suspicacia, de la desconfianza, de la mentira, del aislamiento, del caudillismo como expresión patética del político latinoamericano, los ha conducido a la segregación del continente en decenas de repúblicas que conviven entre sí con la misma cicatriz de la desconfianza y en medio de contradictorios discursos unitarios, pero cuyo único lugar común es la pobreza. Esa fue la tragedia de Simón Bolívar, quien no pudo concretar la unión que sí pudieron hacerlo Washington, Jefferson, y Lincoln en los Estados Unidos de Norteamérica. Hoy podemos apreciar los resultados de los dos procesos históricos. En Norteamérica se discute cómo ser aún más ricos, mientras que en Latinoamérica todavía, 200 años después, se discute cómo dejar de ser pobres.



EN RESUMEN
Demócratas y ricos, la otra moneda


No se concibe un estado de derecho democrático sin valores igualmente democráticos que lo sustenten. Pero tampoco hay democracia posible sin estado de derecho. Y, para rematar, no hay desarrollo sustentable, que genere riquezas, sin democracia.
Y si lo queremos enlazar con un problema muy actual, no puede haber inversiones de capital, tanto nacional como extranjero, y generación de fuentes de trabajo si no existen reglas de juego claramente definidas y un estado de derecho sólido que garanticen las inversiones a largo plazo. La inestabilidad y la incertidumbre son contrarias a la generación de riquezas.

La democracia, el estado de derecho, y el desarrollo pleno del hombre y la sociedad son inseparables, tanto como el corazón, las venas, y el oxigeno, y más que fenómenos políticos, administrativos, jurídicos o económicos, aquellos son fenómenos culturales.
Es más, y para mayor tragedia de la mayoría de los países de América Latina, la economía moderna y postmoderna se asientan sobre un complejo mundo de conocimientos ¿Hemos medido lo que eso significa en un país con un elevadísimo número de analfabetas funcionales, más de lo que puede resistir una sociedad normal? ¿Sabemos lo que significa, además, que en ese país no exista una sólida cultura para la democracia, para la generación de riquezas, para el pago del tributo? Sin duda, cuando se crucen las líneas ascendentes de la pobreza con la ignorancia plena (ya falta poco) esto estallará en mil pedazos.

La gente sencillamente no comprenderá por qué nunca más pudieron obtener un empleo estable, o por qué no volverán a obtener -en el caso de los venezolanos- el nivel de vida que tuvieron durante la era de la fantasía petrolera.
Por eso insisto, la gran revolución latinoamericana se librará no en un congreso constituyente, o en las montañas guerrilleras, o en los cuarteles sino en las escuelas, en el hogar, y en los medios de comunicación social (las tres grandes instancias generadoras o modificadoras de cultura) a través de una revolución educativa, que siembre en ellos una cultura auténticamente democrática, una cultura para el trabajo y la riqueza, una cultura tributaria, y todos éstos basados en principios y valores morales. Sólo así, y dos décadas después, comenzaríamos a ver los primeros resultados de una nueva región. Eso es lo serio y lo trascendente.
Y sólo entonces podríamos apostar por el éxito de América Latina. Lo demás es charada criolla y hojarasca tercermundista.

Gobernante que no comprenda esto conducirá inevitablemente a su país a un sendero árido, en un tiempo perdido y estrecho ante los retos verdaderamente históricos. La opción es clara.

Una fuerza oculta

Una fuerza oculta - Peruanos en el exterior
A modo de reflexión solamente: ¿Cómo se puede lograr involucrar de una manera EFECTIVA a los miles compatriotas que andan por el mundo entero, sobre todo aquellos que a través de un aprendizaje obtenido (sector técnico, educacional, económico, social, político, médico, etc.), que pueden contribuir directamente con el desarrollo país? ¿Cuáles son las medidas concretas a tomar? ¿Cómo captar realmente a estos profesionales peruanos y "seducirlos" para un posible retorno?. Si, existe un portal del congreso, sin embargo no hay aún una plataforma Gubernamental (disculpen si estoy equivocado) en la cual, cientos de profesionales peruanos en el exterior tengan acceso DIRECTO (y NO a través de consulados o embajadas) con los congresistas, políticos o empresarios, pero de manera INTERACTIVA. ¿Existe un presupuesto para esta comisión? ¿Existe un plan de trabajo? Puedo asegurar que aún no se entiende -políticamente y económicamente hablando- la verdadera importancia de tener miles de ojos en el extranjero, miles de captadores de conocimiento y formas de desarrollo que pueden ser muy bien aplicadas al país en todas sus formas. ¿Por qué no pensar en que nuestros políticos y congresistas -según rama y/o comisión- reciban asesoria (de acuerdo al tema) directa de estos profesionales (en primera instancia) ?

Continuará...

Wednesday, August 18, 2010

Universidad Intercultural



Entrevista a Felipe González Ortiz

La universidad intercultural privilegia la

cultura como elemento estratégico para la vida

http://www.chirapaq.org.pe/es/images/stories/chirapaq/noticias/felipe_%20gonzalez.jpg

A su paso por Perú el Dr. Felipe González Ortiz, fundador y ex rector de la primera Universidad Intercultural del Estado de México y coordinador del Centro de Estudios Sociales y Políticos de la Universidad Autónoma del Estado de México-UAEM, nos aclara algunas dudas sobre la necesidad de una educación intercultural y la oferta laboral para un profesional indígena.



¿Cuál es la diferencia entre la educación bilingüe y la educación intercultural?

En mi país, el concepto de educación bilingüe surgió en el México post revolucionario de los años 30, cuando se crea la Secretaría de Educación Pública y ésta a su vez crea una Sub Secretaría de Educación Indígena donde el planteamiento era una educación bilingüe, en español y en la lengua indígena que hablaran los niños(as) indígenas de dicho grupo en particular, ya que, si bien en México se hablan 54 lenguas indígenas, las variantes de esas ascienden en 354. Entonces estaríamos hablando de una educación multilingüe, lo que le da un contenido más diverso, múltiple y heterogéneo. En México también existió este debate entre lo que era educación bilingüe y educación intercultural. Nosotros planteamos que educación intercultural no es como el indigenismo clásico, que pretendía una educación en dos lenguas con miras a castellanizar. Ahora la idea se basa en el multilingüismo con miras a consolidarlas e imaginar un universo donde podamos estar discutiendo las obras de Aristóteles, Platón, Locke, Hobbes, en lenguas indígenas.

¿En zonas de migrantes y desplazados indígenas, como es la ciudad de Lima, se podría implementar esta propuesta intercultural multilingüe?

Completamente. En lo intercultural se privilegia lo regional, no lo local. En lo regional caben diversas lenguas. La Universidad Intercultural del Estado de México atiende a cinco grupos lingüísticos: Mazahua, Otomí, Matlatzinca, Tlahuica y el Náhuatl. Pero la Universidad Intercultural de Chiapas atiende cerca de 16 lenguas, que son los idiomas que se hablan en Chiapas. Por ejemplo, en Oaxaca se hablan 37 lenguas originarias y si se abriera una universidad intercultural allí tendría que incluir a todas ellas. En cambio si se abre una universidad intercultural en la ciudad de México, esta tendría que atender a las 54 lenguas del país.

¿Qué dificultades podrían presentarse en su implementación?, ¿qué se requiere?

Lo principal es que no hay catedráticos que hablen lenguas indígenas, eso es una realidad. Cuando abrimos la Universidad Intercultural del Estado de México, que fue la primera en el país, abrimos una convocatoria para contratar a doctores que hablaran la lengua Mazahua y Otomí, pero no había ninguno. Bajamos las credenciales a Maestría y llegaron cuatro que hablaban Mazahua, pero ninguno que hablara Otomí. Cuando pedimos licenciados entonces la cantidad aumentó. La mayor cantidad de profesionales indígenas en México son Náhuas y Mayas.

Uno de nuestros más grandes problemas es el que los maestros no sean interculturales. El maestro promedio es autoritario, pretende saberlo todo y cree que el estudiante es alguien que no sabe nada y que está allí para recibir conocimientos, cuando en un modelo intercultural el aula es una experiencia de aprendizaje colectivo. Para ellos fue terrible el enfrentarse hasta con el diseño de las aulas que son en forma circular, para que fluya la energía y el diálogo y que no les permitían acomodar el espacio como una “escuela”.

A veces esto los limita a un pensamiento algo cuadrado. Por ejemplo, una alumna quiso hacer su autobiografía como tema de investigación. Entonces le pidió a alguien que la entrevistara y después analizó ella misma sus palabras. Esto es una metodología brillante. Sin embargo, su profesor no admite esto como método. Le habló de hacer un grupo focal con otras mujeres en la misma situación. ¿Por qué no aprovechar el potencial de los alumnos? Ese es el profesor que hace falta.

¿Por qué una universidad intercultural?

En México, es una respuesta del Estado frente a una necesidad indígena que se sintetiza en el levantamiento Zapatista que se proclama como una instancia que hace un replanteamiento de la organización del Estado en México. El movimiento zapatista planteaba la autonomía política y el pluralismo jurídico. El Estado rechaza ambas propuestas y sube al ámbito constitucional el reconocimiento de México como nación pluricultural, sustentando que los pueblos indígenas son aquellos que ya habitaban esta tierra antes de la colonización. Esto es importante, es un escalón ganado, pero no suficiente.

En este contexto el gobierno Mexicano crea tres instancias: la Coordinación de Educación Intercultural, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas y el Instituto Nacional contra la Discriminación. La Coordinación de Educación Intercultural crea las universidades interculturales y el diseño de un currículo intercultural para la preparatoria, la secundaria y la primaria. El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas crea la Ley de los Derechos Lingüísticos donde le da el reconocimiento como lenguas oficiales a estas 354 lenguas y variantes dialectales. Mientras que el Instituto Nacional contra la Discriminación genera la Ley contra la Discriminación que coloca a los indígenas, las mujeres, los discapacitados y los jóvenes como grupos vulnerables. Eso es lo que cambia en México.

En el Perú también existen leyes y ordenanzas contra la discriminación y la oficialización de las lenguas indígenas pero su implementación está aún por hacerse realidad. ¿Cómo es esto en el caso de México?

Lo que existe en México es el planteamiento, la enunciación de ley, pero de eso a que impregne completamente en el conjunto social es muy complicado y no se tiene esa experiencia. Tenemos por ejemplo, representantes indígenas en las cámaras locales y federales pero quien habla no es el indígena, sino el asesor mestizo que lo representa. Eso es un problema. No sé si es discriminación o si es una estrategia porque el compañero indígena no habla bien el castellano. En todo caso, esa es una de las cosas que hay que ir cambiando en México. La ley es importante pero no suficiente. Lo que hay que cambiar es más de fondo, en la estructura social misma. Creo que las universidades interculturales pueden ir dando un paso hacia ello porque estaríamos transformando la sociedad y la mentalidad de la sociedad.

¿Y cuál es la formación que debe dar una universidad intercultural?

En la universidad nunca pensamos en hacer licenciaturas en administración de empresas, derecho, sicología o antropología porque esas carreras ya las dan las otras universidades. Conociendo las disposiciones culturales de México, que es un país racista, difícilmente contratarían a un administrador o a un abogado indígena, especialmente si compite con los egresados de otras universidades. Entonces pensamos en hacer licenciaturas que den un plus al egresado: comunicación intercultural, desarrollo sustentable y lengua y cultura y ahora en medicina tradicional y turismo alternativo. De esta manera el egresado indígena abriría un nicho de trabajo en las sociedades indígenas que promovería la inyección de recursos allí.

¿No suena esto algo excluyente para los indígenas que no tienen las mismas oportunidades de trabajo o las posibilidades de crecer en el nivel académico como los otros egresados?, ¿o es que esto va de la mano con políticas que acompañan la creación de puestos de trabajo?

Lamentablemente no existen políticas de ese tipo, que sí hacen falta. También hace falta un cambio de enfoque. En México podríamos tener un desarrollo comunitario fortalecido si la estructura de la Constitución Nacional no estuviera organizada en función del número de población y territorios. Si los pueblos tuvieran representación en las Cámaras, en función del pueblo, sería distinto. Lo que se genera son caciques no indígenas que aprovechan el voto regional de los indígenas y eso crea un desarrollo distinto al que las comunidades requerirían. No obstante, con eso tenemos que trabajar.

Nosotros hicimos la traducción de la Constitución Mexicana en lenguas indígenas. Apuntamos primero a generar una masa crítica para la lectura de los idiomas originarios, lo cual es muy difícil. Luego trabajamos en la generación de las grafías para los distintos fonemas (el Mazahua tiene trece fonemas vocálicos, mientras que el español tan solo cinco). Tenemos el alfabeto internacional pero los hablantes quieren usar el de ellos. Entonces había que decidir si nos íbamos del lado de la ciencia o de los hablantes. En la universidad escogimos a los hablantes.

Cuando un egresado indígena sale a buscar trabajo, no se trata tan solo de una cuestión del mercado laboral sino de las ideologías, que excluyen de entrada al indígena tan solo por ser indígena o porque egreso de una universidad indígena. Pero si este indígena, en vez de entrar a una universidad intercultural entra a otra universidad regular, camufla su adscripción cultural. En la actualidad trabajo en la Universidad Autónoma del Estado de México y todos mis estudiantes, o un buen número de ellos, son indígenas, pero ninguno me lo dice. En el curso que dicto de multiculturalismo, al finalizar ellos me cuentan que ellos participan en los carnavales de su comunidad, que sus abuelos hablan su idioma originario. Al final se “descubren” indígenas. Sin embargo, todo el modelo no les permite sacar a la luz esto. Y al no exponerlo entonces tenemos a un estudiante que no es libre realmente, que está apagado, opaco.

¿Pero la política de la universidad de la Universidad Autónoma del Estado de México no es también intercultural?, ¿o es usted una isla entre los docentes?

La diferencia es que en la universidad intercultural se privilegia la cultura como elemento estratégico para la vida. Cuando recibimos a la primera generación de estudiantes les preguntamos si hablaban alguna lengua originaria y de 380 estudiantes solo 70 dijeron hacerlo.

Las tareas que reciben los alumnos implican el conocerse a ellos mismos: ir a la comunidad y preguntarle a los abuelitos, preguntarle a la gente, que es como preguntarte a ti mismo. Esto hace que florezca la cultura. Sí tiene efectos importantes. Otro método que utilizamos fue reunir a los etnólogos que habían investigado las comunidades de donde provenían nuestros alumnos para un debate, dónde podían entender el cómo nos ve un foráneo y como los vemos nosotros, ¿qué de adentro de mi se mueve cuando escucho al otro que me ha observado? También vimos lo que son las genealogías de parentesco, un método extraordinario porque de pronto los alumnos entendieron porque el tío materno tiene más autoridad sobre ellos que su tío paterno. A través de estos métodos los estudiantes se sintieron más orgullosos de su cultura.

Al final del año volvimos a preguntar quiénes hablaban su lengua materna y contestaron hablarla 130, 50 más que al principio. Al privilegiar la cultura como elemento estratégico para la vida entonces el estudiante la asume como tal y entonces empieza a descubrirse a sí mismo en un mundo, producto de la colonia, donde el indígena continúa oprimido.

Los jóvenes indígenas pueden salir mucho más consientes de sus derechos y de su identidad pero en una sociedad donde la política nacional no va acorde con ello, ¿dónde pueden encontrar empleo?, ¿el egresado vierte el conocimiento adquirido en su comunidad?

En México hace cambiar el sentido de todo, incluso de las mismas preguntas que nos hacemos. ¿Cómo nos contamos? Preguntando si habla usted una lengua indígena, sí o no. Eso sirve solo para contar indígenas pero no sirve para entender la riqueza que hay en hablar dos lenguas. Otra pregunta: ¿es usted analfabeto?, sí o no. Esto puede ser en el español, pero ¿y en las lenguas indígenas? Nadie lo cuenta.

México no cambia institucionalmente. Sigue siendo un país que pretende una identidad nacional mexicana, una cosa imaginaria, que le llaman sociedad nacional. Ni siquiera cambia al nivel de la Constitución que no es plurinacional sino pluricultural solamente. Y pluricultural somos todos, hombres y mujeres, porque participamos de distintas culturas.

Desde las universidades interculturales y desde las comunidades debe venir este cambio. Allí está el embrión que crece y se va desarrollando, no en el Estado.

Nuestros egresados fueron los rechazados de otras universidades, porque el sistema de educación superior indígena es el menos atendido y el de peor calidad. De los 270 de la primera generación, 30 aplicaron como primera opción a nuestra universidad, el resto eran los que no pudieron ingresar a otras universidades. Los que sí logran entrar a las universidades sin perfil intercultural tienen dos escenarios: terminar la universidad, ponerse una corbata y olvidarse hasta de su idioma o si es alguien que desertó ya no regresa a la comunidad y se queda a vivir en la ciudad como un individuo doblemente frustrado, porque ya ni pertenece a la comunidad ni terminó sus estudios.

En la universidad intercultural la cultura es clave en el proceso formativo. No es algo que se aprende sino que se impregna en las propias relaciones que se dan en la universidad. No quiero decir que sea un paraíso porque también puede llegar a ser un infierno. Cuando los egresados salen al mundo se encuentran con un universo diverso donde tienen que buscar cómo ganarse la vida. Casi ninguno piensa en la maestría. De dos generaciones de egresados tenemos y tan solo tres en postgrados. Además tenemos a otros tres rechazados de postgrados de otras universidades que no los aceptan porque no aceptan a un licenciado que no ha tenido un objeto de estudio definido. Para estas universidades lengua y cultura no es una carrera como sí lo es la lingüística y la antropología. Entonces seguirán aceptando lingüistas y antropólogos pero no indígenas que tengan conocimientos de lengua y cultura.

¿Entonces por qué opta el egresado indígena?

Se insertan en la educación básica secundaria como profesor de lengua, que no está mal, pero tampoco es optimo. Muchos otros trabajan como traductores en procesos judiciales y ganan mucho dinero. Otros traducen documentos de ley pero por ser lenguas indígenas no les pagan igual como si fuera inglés. Los egresados en desarrollo sustentable están en organizaciones de la sociedad civil y curiosamente son los que menos se titulan. Los de comunicación están insertados en las oficinas de comunicación de los municipios. Quizá debe haber algunos que no tienen trabajo.

La violencia familiar en las comunidades indígenas es algo muy arraigado. Nosotros teníamos una estudiante que era hija de madre golpeada y nieta de madre golpeada y de pronto su novio la golpeó. Ella enfocó su trabajo de tesis sobre la vivencia hacia las mujeres indígenas, entrevistando a su mamá y a su abuelita. Cuando se graduó el novio le quiso volver a pegar y ella reaccionó. Ella a partir de eso formó una ONG que atiende mujeres azahuas golpeadas. Eso no lo hubiera hecho de no haber estado en una universidad intercultural.

Fuente: http://www.chirapaq.org.pe/


Sunday, June 1, 2008

Estadísticas de pobreza...

Hasta hace poco han salido estadísticas en cuanto a la reducción de la pobreza en el Perú. Sin embargo, aquellos realmente que no solo conocen, sino recorren las realidades del Perú a lo largo de sus mil y tantos kilómetros cuadrados, pueden realmente ver que la realidad es otra. Aún hay zonas muy marginadas, zonas en abandono completo.

Es muy positivo que el Perú viva en estos momentos un momento crucial en su economía, el gobierno hace lo posible por mantener los diversos parámetros económicos que han llevado nuestra macroeconomía a niveles muy altos, a los que nadie esperaba, con solo mencionar por ejemplo el crecimiento del producto bruto interno.

Sin embargo, es necesario y con carácter de urgencia atender las necesidades de estos ciudadanos en abandono. Para ello se necesitan projectos de grande envergadura (Pistas, Pozos de Agua, Alcantarillado, Parques, escuelas, pequeños estadios, entre otros) para ocupar estas personas dentro y alrededor de sus comunidades.

Creo que si disponemos actualmente de recursos financieros.

A continuación un artículo de La República, que merece mucha atención.



Cuando los pobres hablan

El informe del INEI sobre la reducción de la pobreza en cinco puntos polarizó el debate político esta semana. La República buscó testimonios en el interior del país. Las familias señalan que siguen siendo pobres, y quizá más pobres aún.

La República. Corresponsales (*)

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En el cusco. El pequeño Jairo es compañía para su mamá Yudy. Rostro de nuestra peruanidad, de nuestra pobreza.

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En trujillo. Con la extracción de jugo de caña, Agustín Capuñay trata de mantener a su familia. No es una tarea fácil.

¡Aquí estamos! "Señor, ¿no me encuentra?, busque un poco, mueva la mano", dice Clemencio Nina. Cree que el INEI no lo tomó en cuenta en su encuesta. Vive en una casa de cartón en un promontorio de basura. Allí duerme. Su esposa e hijos viven en una casita de sillar, en el pueblo joven Ciudad de Dios, en Arequipa, donde lo esperan los fines de semana.

Nina tiene las manos negras, tiznadas, ansiosas, temblorosas. Era un feliz trabajador minero. No ganaba mucho pero le alcanzaba para vivir. Hasta que se hizo viejo y nadie más lo quiso contratar. Pero a falta de empleo se vino a hurgar en los desperdicios. Le compran el kilo de huesos a 15 céntimos. Dicen que para hacer concentrados y sacar calcio. El kilo de fierros a 50 céntimos y el de latas a 40.

Parece que los encuestadores del INEI tampoco pusieron los pies en el distrito Pampa La Estrella (Uchumuyo), que se ha convertido en un botadero de basura. Nadie los ha visto morirse de hambre. Nadie les ha preguntado si están mejor o peor. Clemencio Nina Mamani es uno de ellos: vive en ese muladar reciclando desperdicios y puede ganar hasta 12 soles diarios.

LUCHA POR SOBREVIVIR

En una quebrada del distrito de Santiago, a pocos minutos de la Ciudad Imperial, encontramos a Yudy Mallmay Huillca (22), para quien cada día se ha convertido en una lucha diaria por sobrevivir. Ella vende emolientes para sacar adelante su hogar. Es madre soltera. Por lo general gana entre 4 y 5 soles por día. Ella y su familia viven en un cuartito y no cuentan con los servicios básicos como agua y luz.

En el sector de Alto Wimpillay vive Lucía Quispe Pérez (33), tiene cinco hijos. Su pequeña casa se levanta en la punta del cerro. No tiene agua potable pero sí energía eléctrica. En las tardes vende ropa en las calles para ayudar en la mantención del hogar porque los 100 soles que consigue semanalmente su esposo como carpintero no les alcanza.

Otro es el caso de Maribel López Surco (31), quien se ingenia para ganar dinero como cobradora de combi. Gana diez soles por trabajar desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche. De esa manera se gana la vida para "parar la olla" en su casa porque su esposo, obrero de construcción civil, sólo tiene trabajo eventualmente.

TODO ES IGUAL

"Aquí nosotros seguimos igual. No tenemos trabajo. Con las justas sobrevivimos vendiendo cualquier cosa", dice Roberta Vilca Álvarez, comerciante de las ferias de los sábados de Puno, restando validez a las cifras del INEI que dicen que la pobreza se ha reducido en esta región.

Irma Ccalla Bendita, comerciante ambulante también habló con desazón: "Es una pena que se esté utilizando a los pobres para que el presidente García levante su imagen. Las cosas no han cambiado. Seguimos trabajando día a día para subsistir. No creo que haya bajado la pobreza, porque las cosas siguen como siempre, y cada vez los productos de primera necesidad suben más".

EL SÓLIDO NORTE

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En Arequipa. Clemencio Nina, el INEI no lo toma en cuenta en sus encuestas.

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Pobreza nuestra. María Ángeles Pérez de Trujillo se alimenta de wawasis, Antonia Bances de Mórrope, dura labor en el campo, y familiar Huansi Napo en plena labor de cocina.

"¿Que hoy hay menos pobreza? ¿Quién ha dicho eso? Esa es una gran mentira. Por el contrario, hay más pobreza. Ya no hay plata ni para comer", exclama doña Aurora Huansi Napo (48) mientras sirve el almuerzo a sus hijas Sara, Vanesa e Isabel, así como a sus nietos.

Huancasi y su familia provienen de la ciudad selvática de Yurimaguas. Hace más de un año invadieron un terreno en el sector Mirador, en la parte más alta del distrito El Porvenir, y allí levantaron su casa a base de esteras y plásticos. No tienen agua, menos luz. Cocinan en briquetas.

Las hijas, Sara e Isabel, se dedican a la confección de zapatos en El Porvenir. Cada una de ellas gana 50 soles a la semana.

En el sector Barrio II del centro poblado de Alto Trujillo, también en El Porvenir, encontramos a doña María Ángela Pérez Rodríguez (47), quien vive en el cerro Bolongo. Ella cocina en los wawa wasis, desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde, y por ello le pagan 125 soles mensuales. "Tengo que hacer maravillas para hacer alcanzar la plata, pues tengo que mantener a cuatro hijas", señala.

CAMPO Y POBREZA

En Mórrope, distrito lambayecano, María Lucinda Santisteban nos contó que por ahora viven uno de sus mejores momentos: su esposo trabaja en campo y gana hasta 10 soles diarios. Para ella no hay novelas, porque simplemente no tiene televisor. En cambio, Antonia Bances Llauce trabaja junto con su esposo en tareas del campo. Entre los dos el ingreso es de S/.300 mensuales. Estas historias son una muestra de lo que ocurre en el país.


(*) Christian Ticona (Arequipa), Lilian Luna (Cusco), Liubomir Fernández (Puno), Wilson Castro (Trujillo), Hugo Barrios (Lambayeque), Rosa Cárdenas (Iquitos).

CIFRAS INEI

2.4% de reducción de pobreza hubo en Arequipa. Cifra bajó de 26.2 a 23.8.

7.5% de aumento de pobreza hubo en Cusco. Cifra se incrementó de 49.9 a 57.4.

9.1% de reducción de pobreza hubo en Puno. Cifra bajó de 76.3 a 67.2.

9.2% de reducción de pobreza hubo en La Libertad. Cifra bajó de 46.5 a 37.3.

0.5% de reducción de pobreza en Lambayeque. Bajó de 41.1 a 40.6


De la selva su pobreza

Las cifras del INEI dicen que en Loreto la pobreza ha disminuido de 66.3 a 54.6, pero los pobladores de la zona baja de Belén, el sector más pobre de Iquitos, aseguran que continúan pasando las mismas miserias de siempre. Por ejemplo, Sonia Noily Marín Ahuanari (28) dijo que en su casa viven cuatro personas y que cada vez la vida se les hace más difícil porque los productos de primera necesidad han subido de precio. Señaló que el azúcar se incrementó de S/.1.50 a S/.2.

Marín Ahuanari y su familia viven en una vivienda flotante en el río Itaya. No tienen agua ni mucho menos desagüe. Los desechos van a parar al río.

Elda Baeno (44) tiene cinco hijos y es madre soltera. "Con mis ventas diarias (de verduras regionales), que oscilan entre 13 y 15 soles, no me alcanza para nada", señaló. "De repente la pobreza bajó, pero no sé quién se benefició", indicó al comentar las cifras del INEI.



Fuente
http://www.larepublica.com.pe/content/view/224108/483/